Mesa de debate: «Juventud, medios sociales y salud mental»
Moderan:
Lucía Caro Castaño
Universidad de Cádiz
Daniel Barredo Ibáñez
Universidad de Málaga
Día y hora:
Viernes, 26 de septiembre, de 11.15 a 13.00.
Aula: AULA INSTITUCIONAL de la sede
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Hace aproximadamente una década los medios sociales digitales eran vistos por algunos autores como las “redes de indignación y esperanza”. Este concepto reflejaba la capacidad de estas plataformas para eludir la intermediación periodística tradicional y permitir a los usuarios expresar sus opiniones, organizarse colectivamente y demandar cambios sociales y políticos de manera directa. Sin embargo, en los últimos años la transformación de estos mismos medios en plataformas tecnocomerciales ha producido importantes cambios en el modo que en los usuarios se perciben a sí mismos e interactúan con sus pares.
La evidencia empírica ha revelado un crecimiento abrupto de los efectos negativos asociados con el uso de estas plataformas, especialmente entre los jóvenes, que son una de las poblaciones más vulnerables en el ecosistema digital. Esta mesa tiene como objetivo abordar de manera integral el impacto de los medios sociales en la vida de los jóvenes, enfocándose en las relaciones con la salud mental y el bienestar de los jóvenes. Entre los temas que se proponen para esta mesa se encuentra la adicción a las redes sociales, el impacto en la salud mental, con problemas como la ansiedad, la depresión y el estrés; la propagación de información falsa y sus consecuencias en la percepción de la realidad y el comportamiento de los jóvenes; y la difusión de estándares de belleza poco realistas que afectan a la autoestima y a la autoimagen de los jóvenes, entre otros posibles problemas.
También se invita a remitir propuestas vinculadas con estrategias y recomendaciones para utilizar los medios sociales de manera positiva, promoviendo hábitos de vida saludables entre los jóvenes. De este modo, se explorará el potencial de estos medios para ampliar el mundo social y mediático de los jóvenes a través de nuevas experiencias parasociales; un uso más consciente en relación con la mediación del algoritmo y la gestión de los datos personales; y la necesidad de incorporar la desconexión digital como práctica habitual, entre otros hábitos de vida saludable.